Tras ver
las imágenes de gente del pueblo que había votado al Kichi, que se ha
visto decepcionada y que ahora protesta contra él, se imponen algunas
reflexiones.
En primer
lugar, al pueblo no se le prometió "hacer lo mismo pero poniendo cara
compungida por tener que hacerlo" o "tener muy buenas intenciones pero
no poder materializarlas". Al pueblo se le prometió acabar con el paro,
los recortes y los desahucios. Si no era posible cambiar esas cosas
desde un ayuntamiento (cosa que es cierta), Kichi debió decir eso
entonces, cuando le pedía el voto a la gente para ser alcalde, no ahora.
Por cierto,
en Grecia, el "fiero león" (Iglesias dixit) Alexis ha acabado
concluyendo que tampoco es posible cambiar nada desde el gobierno
central del país, ya que la política te la impone Bruselas. ¿Y no dijo
Zapatero lo mismo cuando priorizó el pago de la deuda? No estaremos
haciendo todo esto para "repetir la historia como farsa", ¿verdad?
Por eso
tenemos que insistir en que solo nos conduce a generar una decepción
masiva la "genial táctica" de prometer que se acabará con los recortes,
el paro y los desahucios sin explicar claramente a la población que eso
solo puede hacerse en el marco de una ruptura con Bruselas, las
instituciones europeas y el pago de la odiosa deuda pública.
Y aunque
ese mi amigo, tan buena gente, llamado Riky Martin nos dirá, con su
universalmente conocido sentido del humor, que actuamos como si Podemos
fuera el principal enemigo (gracias por la felicitación!), estamos
obligados a sacar este debate, aunque solo sea por ver si en estas
"ágoras" modernas (¿sin "pos-"?) existe también aquello de la
autocrítica y la rectificación (o, aunque solo sea, el debate político y
el contraste libre de ideas, sin un líder incuestionable). También allá
en Atenas nos tildaban de ser unos "catastrofistas" incapaces de
apreciar las virtudes del "cambio desde dentro" syrizítico.
Por otro
lado, es significativo que esa mujer en apuros, que lucha por sacar a
sus hijos adelante, le reclamara al Kichi "que quite la crisis". Cuando a
la gente se le dice que la crisis es "una estafa" creada
voluntariamente, la gente cree que basta con que gobierne otro para que
"quite" la crisis. Ese es el problema oportunista: gana la batalla de
hoy a cambio de desarmarse para la de mañana. Visto lo visto, ¿no habría
sido mejor decirle a la gente desde el principio la verdad
revolucionaria de que el capitalismo está en grave crisis y amenaza con
hundirnos con él, por lo que la única solución es... que le soltemos la
mano?
Por último,
quería recomendarles paciencia a esos que ahora, por fin, después de
tanto tiempo en paro y con un título universitario debajo del brazo,
están consiguiendo trabajo gracias a la canalización institucionalista
de las movilizaciones anti-crisis. Paciencia porque lo ocurrido a Kichi
es solo el principio, y ser un profesional de la política consiste en
gran parte en entrenar una sonrisa cínica y ambigua ante situaciones
así. Es natural que esto se repita si vivís de prometer cosas sin
explicar a la población cuáles son los pasos necesarios para llegar a
ellas.
La
pretensión de que 2015 fuera "el año del cambio" y de que dicho cambio
viniera exclusivamente de lo electoral ha distraído la atención de la
tarea prioritaria en la lucha contra la crisis; tarea que sigue siendo
la construcción, desde los barrios y los centros de trabajo y de
estudio, de un movimiento de masas que plantee el no al pago de la
deuda, la ruptura con la UE y el euro y la expropiación bancaria. A
menos que queramos que muchas madres de familias trabajadoras se sigan
viendo en situaciones dramáticas... con o sin cuadrito de Salvochea.
Manuel Navarrete


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