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domingo, 12 de mayo de 2019

¿Qué posibles penas enfrentaría Juan Guaidó en otros países? Llamen a Kissinger, por favor




   "Guaidó transmite una imagen pésima de un buen futuro dictador dispuesto a vender los recursos del país a EE.UU. y después limpiar el país de opositores —recuerden, los rojos comunistas


 ¿Qué posibles penas enfrentaría Juan Guaidó en otros países?





Muchos norteamericanos deben sentir nostalgia al recordar los buenos malos tiempos.
 
 Ya saben.
 
 Esos tiempos en los que Estados Unidos organizaba un golpe militar, descabezaba un país y luego repartía muerte y torturas a diestro y siniestro mientras sus empresas se hacían con todo cuanto tuviera valor. 
 
Como los asaltadores de carruajes. 

Eran los tiempos de Henry Kissinger. 


En aquella época nada se interponía en el camino y si algo lo hacía, se destruía, se eliminaba o se ejecutaba. Y punto. Se hacía añicos hasta que no quedara nada. Sí, eran los buenos tiempos del Tío Sam. Chile o Argentina son recuerdos tan gratos para algunos…


Entonces había generales como Dios manda, como los que busca Guaidó, como los Pinochet y Videla. Generales que si hacía falta hacían desaparecer a opositores —rojos comunistas— por miles.


Y antes les daban su merecido, con electrodos, ahogamientos y torturas. Eso sí eran democracias, esos países sí respetaban los derechos humanos. No la diabólica Venezuela, que tanto dista del país serio y respetable que es Arabia Saudí en estos días.

Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España.
"Guaidó transmite una imagen pésima de un buen futuro dictador dispuesto a vender los recursos del país a EE.UU. y después limpiar el país de opositores —recuerden, los rojos comunistas—. Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España.

Pero los tiempos han cambiado y Venezuela resiste. Erre que erre y que no cae. Y las empresas norteamericanas nerviosísimas, desesperadas por hacerse con su petróleo. Las reservas más grandes del planeta, imaginen.


 Ahí está Guaidó, que va y viene, con una decena o poco más de militares por el país, intentando convencer al resto —más de 300.000 entre militares y agentes de seguridad— para que se alíen con él. Le queda un trecho aún.


Y la verdad, da pena, transmite una imagen pésima de un buen futuro dictador dispuesto a vender los recursos del país a Estados Unidos y después limpiar el país de opositores —recuerden, los rojos comunistas—.
 

Luis Gonzalo Segura

 

  

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