Por Percy Taira
Robert Todd Lincoln (Illinois en 1843 - Vermont en 1926) no sólo pasó a la historia por ser el primer hijo del presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln, sino por el terrible destino que le tocó vivir, un destino vinculado a la tragedia, pues de alguna forma ha estado vinculado a los asesinatos de tres presidentes de los Estados Unidos.
El primero de estos asesinatos, fue evidentemente, el que ocurrió con su padre, Abrahm Lincoln en el Teatro Ford a manos del actor John Wilkes Booth. Si bien Robert Todd no se encontraba en el teatro en ese momento, sí se encontraba en la ciudad donde se ubicaba el teatro, Washington D.C.
El segundo atentado ocurrió el 2 de julio de 1881. Robert Lincoln servía en ese entonces al presidente James A. Garfield como Secretario de Guerra. Garfield invitó a Lincoln a que lo acompañara en un viaje por tren, y fue en la estación de tren de Washington, cuando el presidente Garfield fue abaleado por el abogado Charles J. Guiteau. Fue el segundo presidente en ser asesinado. Robert Lincoln fue testigo del asesinato.
Veinte años después, en septiembre de 1901, el presidente William McKinley invitó a Lincoln a la Exposición Panamericana, que tenía lugar en Buffalo, Nueva York. Fue justamente durante ese evento, con Lincoln presente, que el presidente McKinley fue asesinado por Leon F. Czolgosz. Fue el tercer presidente asesinado de los Estados Unidos.
Fueron tales las coincidencias, que el propio Robert Lincoln, creyó que estaba vinculado a una especie de maldición que lo relacionaba con las muertes presidenciales. Fue tanto así que tiempo despúes, recibió otra invitación presidencial para asistir a otro evento. Fue el propio Lincoln que rechazó esta invitación diciendo: "No, yo no voy a ir, y mejor para ellos que no pregunten por qué, porque hay una cierta fatalidad en las funciones presidenciales cuando yo estoy presente".
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