Por Marat
Déjenme que les transmita mi estado de ánimo, si a ustedes no les parece mal.
Como dijo hace muchos años, y ya nadie quiere recordar, Gabriel Celaya “estamos tocando el fondo” pero
no para empezar a emerger como él esperaba sino para quedarnos en el
légamo profundo de nuestra propia realidad como nación.
No tengo fuerzas ni me queda inteligencia para expresar mi sentimiento de vacío.
La
mentira del supermercado publicitario de marcas electorales es parte de
la basura que usted gustosamente comprará eligiendo entre lo
supuestamente viejo y lo pretendidamente nuevo porque tampoco es cosa de
situarle ante la sencilla posibilidad de mandarles a todos ellos al
carajo y abstenerse el próximo día 20. En su mente de pequeño hombrecito
sólo puede caber la posibilidad de elegir entre A o B, entre la
canallada y la mentira, entre los viejos y los nuevos títeres del
capital.
¿Cómo
expresarle a usted, ciudadano desclasado de una clase media que se va
yendo a pique, sin que usted quiera aceptar que debe darse cuenta de que
su enemigo es este podrido sistema económico, que le van a vender de
nuevo él timo del tocomocho sea por la vía de lo “viejo” o de eso que
dicen que es-ya no es “nuevo “- que es lo emergente.
A
usted, tonto a las 3 de una falsa clase media, que se cree no ser
trabajador porque gana más que la mayoría de los trabajadores no le han
dicho que cuando se vaya al paro descubrirá a que clase pertenece.
No voy
a decirle lo que debe hacer, primero porque no me simpatiza ni su
mentalidad de “a ver qué me cae y cómo se arregla lo mio” ni mucho menos
su clase social, tan enemiga de la mía en objetivos, valores y modos de
ver el mundo. Métase su yate cutre de muy pocos metros de eslora donde
le quepa.
A mí
me importa mi clase social. La clase que sufre al empezar la mañana, la
que se desplaza dos horas para ir a su trabajo, la que ni siquiera me
mira en el metro al volver cada noche agotada y dormitando; la clase que
no consigue una beca de comedor o de guardería por falta de contactos,
la clase que ya ha perdido, si tuvo alguna vez, el derecho a la
cobertura del paro, la clase que nunca tuvo ese derecho, la clase que no
llega a fin de mes, la clase con trabajos de dos días o de unas horas;
la vieja clase obrera que peleó y mucho pero ya veremos si llega a ser
pensionista, la clase de los jóvenes con o sin preparación que no
alcanzarán la posibilidad de llegar a ser clase de ningún tipo, la clase
obrera que vivió tiempos mejores y cada vez los ve peores.
Los que visten de chino no por modernez ni tontería sino como única opción. Los que compran allí los reyes de sus hijos. Las caras de hombres y mujeres inmigrantes de lejanas latitudes que me encuentro en el metro cuando vuelven tarde, siempre demasiado tarde, de trabajar, agotados, pensativos, adormecidos,...
Los que visten de chino no por modernez ni tontería sino como única opción. Los que compran allí los reyes de sus hijos. Las caras de hombres y mujeres inmigrantes de lejanas latitudes que me encuentro en el metro cuando vuelven tarde, siempre demasiado tarde, de trabajar, agotados, pensativos, adormecidos,...
Esa es
mi gente. De ahí vengo. Me han dejado claro hace tiempo que ya no puedo
salir de ese territorio ni quiero hacerlo. Así me va. No me quejo. La
elección fue libre.
Sé que de nuevo volverán a engañarnos. A ofrecernos antiausteridad que ni pueden ni saben ni combatirán.
Sé que
los sinvergüenzas que trabajan para nuestros amos, nuestros queridos
empresarios, van a contarnos que debemos elegir entre lo ya conocido y
lo que está por conocer.
Sé que
unos y otros, los viejos y los nuevos son nuestros enemigos de clase
porque en su idilio con el sistema capitalista, si capitalista, todos
ellos comparten ya unos condiciones muy superiores a las nuestras.
Les voy a contar lo que me parece lo nuevo, partiendo de que lo llamado viejo es fusilable.
Dicen
que para que los perros se hagan amigos antes tienen que olerse el culo.
Estos dos ya lo han hecho y se han reconocido como dos filibusteros
unidos por la misma y vacía ambición de encumbrar personalmente sus
egos, desplazando la “vieja política” por la “emergente”. Una y otra son
igualmente asquerosas: el show político del marketing capitalista en el
supermercado de marcas electorales. Si hubiéramos puesto las imágenes
de Rajoy y Sánchez comprobaríamos que el chalaneo puede cambiar en su
puesta en escena pero no en su significado.
Esto es lo que muchos de ustedes llaman democracia -les faltá añadir la coletilla de “burguesa” pero sospecho que no es un término que suelan usar. Prefieren el de clase media- Yo lo llamo el privilegio de votar -elegir es otra cosa y ya lo han hecho por ustedes quienes, de verdad, tienen el poder, que no son los medios sino los capitales de sus consejos de administración- al que te pondrá a mirar hacia Morón. Relajen sus esfínteres.
Mientras tanto, y con sumo cariño a los jóvenes clowns “emergentes”, les dedico esta canción:
“Yo, no necesito conversar
porque adivino que ya sabes como soy
tu me has conocido siempre.
Tu, cuando me miras puedes ver
dentro de mi lo que ni yo puedo entender
yo te he conocido siempre.
Amigos para siempre
Means you´ll always be my friend
Amis per sempre
Means a love that will never end
Friends for life
Not just a summer or a spring
Amigos para siempre”
Y sí, algunos, muy pocos , en general casi nadie, piden ver y escuchar a un joven -es el valor supremo de estas elecciones, ser joven, así no hay pasado- que antes estaba enamorado de una coleta sin ideología y si la campaña durase un mes más lo mismo llegaba a socialdemócrata.
En puridad de democracia burguesa debiera ser obligación que el joven Garzón pudiera acudir a a debates a cuatro (PP, PSOE, IU/UP, UpyD) puesto que son los partidos salientes y la lógica dice que eso son hechos objetivos y no unas encuestas a cada cuál más manipuladas en función de qué fracción del capital muestre intereses concretos en unos u otros partidos o combinaciones postelectorales.
Otra
cosa distinta es que interese lo que pueda decir, lo que de antemano no
debiera ser presupuesto -a mí personalmente me interesa exactamente
nada- por quienes tienen el poder de formar la opinión. Creo que IU
cumplió ya su ciclo de partido sistémico y el sistema ha decidido que
ahora tocan los postmodernos Podemos y Ciudadanos, esos engendros que
nos han llevado a descubrir que las clases sociales ya no existen y que
lo que hay es “gente” (amorfa, y también “municipal y espesa”, que diría
Unamuno) y mucho ciudadano, ciudadanos por un tubo, tantos que hasta
dan para un partido.
Al ver
en el día de puertas abiertas del Congreso la imagen del fatuo Pablo
Iglesias sentado en el escaño del Presidente del Gobierno me vino a la
mente la imagen de otro friki, mucho más entrañable él porque en su
vanidosa arrogancia deja ver su lado vulnerable: Sheldon Cooper, de “The
Big Bang Theory”, una serie norteamericana inteligente -ya ven que no
odio todo lo que viene de allí- en la que un grupo de científicos casi
cuarentones demuestran tener la madurez mental de un adolescente, uno de
los males de nuestra sociedad actual. Sheldon Cooper, en lugar de mear
en su territorio, lo marca con sus nalgas en el sofá del salón del piso
compartido.
La diferencia es que Sheldon impone por los hechos la ocupación de su asiento. Iglesias nunca estará más cerca de alcanzar el asiento anhelado que el día en el que se sentó como un escolar de 8 años en el sillón del Presidente del Gobierno. En lo que le espera en el próximo ciclo del parlamentarismo burgués será, con suerte, utillero (como en el fútbol) o monosabio (como en los toros) de un gobierno del PSOE, aunque eso no dependerá ni de él ni del PSOE sino de lo que hagan y a quien apoyen los nuevos mercachifles del politiquerío: Ciudadanos.
La diferencia es que Sheldon impone por los hechos la ocupación de su asiento. Iglesias nunca estará más cerca de alcanzar el asiento anhelado que el día en el que se sentó como un escolar de 8 años en el sillón del Presidente del Gobierno. En lo que le espera en el próximo ciclo del parlamentarismo burgués será, con suerte, utillero (como en el fútbol) o monosabio (como en los toros) de un gobierno del PSOE, aunque eso no dependerá ni de él ni del PSOE sino de lo que hagan y a quien apoyen los nuevos mercachifles del politiquerío: Ciudadanos.
Cuando
los mesetarios acudimos a la política local vamos viendo como la señora
Carmena, a través de una táctica de gestos (el resto empieza a ser de
ladrillo) va avanzando en zafiedad para darse la mano en “urbanidad” con
su antecesora la señora Botella.
La realidad es que cuando se conjuga la falta de inteligencia con el pijoprogresismo y la sujeción a la dictadura de la LOEPSF (Ley Orgánica 2/2012, de 27 de abril, de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera) nacida del reformado artículo 135 de la Constitución se acaban haciendo estas chorradas y se descubre el carácter burgués de quienes juegan a entretener y adormecer con sus patéticas payasadas a las clases oprimidas por el capital.
Y al
final, nunca caen lejos ciertas actuaciones políticas de determinadas
posiciones de clase. Si el caso de Carmena es evidente muestra de cómo
la pequeña burguesía arropa su futuro, lo ruin se alcanza cuando quien
iba en el pasado de incendiario (virtual) de no se sabe muy bien qué
acaba escondiendo, por “descuido” una cuenta con una interesante
cantidad pero, al fin y al cabo, expresiva de cómo esconden ciertos
“profesionales” un dinerillo al fisco.
Tardarían mucho tiempo estos descubridores de “lo nuevo” en alcanzar la corrupción del PP, no porque sean mejores que ellos sino porque ni alcanzarán el gobierno, al menos en bastante tiempo, salvo coalición, ni como pequeña burguesía que son adquieren la competencia necesaria para ser considerados interlocutores válidos para los grandes capitalistas que cortan el bacalao. Siempre les verán como sus chicos de los recados y les puentearán por socialmente mediocres.
En el
camino hasta donde lleguen serán, ya lo son, apadrinados por quienes en
el pasado han representado a una derecha con ciertas capacidades de
envoltura “democrática”. He aquí un ejemplo en forma de carta al
director en el periódico "El Norte de Castilla"
...aunque no siempre
No nos cuenten cuentos de asustaviejas de Iker Jimenez y las conspiraciones de los reptilianos o del Club Bilderberg. Una organización en la que esto es posible carece de ideología clara, tiene un proyecto “radical” a nivel Ned Flanders (por la derecha integrista, sí) y está protegida por un responsable de organización de nivel Homer Simpson (Sergio Pascual)
Gregorio Morán ya nos avisó de que nos íbamos a enterar quien era Manuela Carmena.
Tras
las críticas de la derecha económica, política y mediática sobre las
tontunas que sólo parecen de chochez de la abuelita de las magadalenas
(ahora los gilipollas las llaman de otro modo) se esconde el silencio de
lo que jamas cuestionarán nada que favorezca al capital.
Cuando un viejo capo de la mafia de la construcción, Juan Miguel Villar Mir, de la constructora OHL dijo en Mayo aquello de “Manuela Carmena puede ser una gran alcaldesa”
era por algo. Esta gentuza no da puntadas sin hilo. Hablaba de la
Operación Canalejas. Llegó. En octubre Carmena dio luz verde al pelotazo
de Villar Mir y OHL Un gran pelotazo que nos irá enseñando cómo seguir el camino marcado por la ex Alcaldesa Ana Botella. Y un concejal como José Manuel Calvo como gran procurador del asunto.
Parece
que hay quienes quieren ignorar que la operación de lanzamiento
mediático de Ciudadanos no es distinta a la ejercida con Podemos y que
la búsqueda de la confrontación de chiste Rivera-Iglesias (cualquier día
se meten la lengua) no es sino el modo de reforzar a unas opciones
políticas que, de otro modo, tendrían un recorrido mucho más limitado, a
pesar de la evidencia de que PP y PSOE son dos caras muy envejecidas.
El 20-D por la noche verán que menos agotadas de lo que parecen y la
ignorancia gritará tongo o insultará al votante sin asumir que todos
juegan en la misma división, con los mismos presupuestos y admitiendo
las mismas reglas de juego.
En
medio de todas estas miserias los desahucios continúan. Siempre denuncié
que la PAH manipulaba al negarse a opciones más justas y decentes que
la “dación en pago” pero nunca dejaré de reconocer la valentía que los
miembros de la PAH tuvieron durante mucho tiempo, cuando impedir un
desahucio era la posibilidad de ser detenido u hostiado por la policía
criminal del fascista Jorge Fernández Díaz.
Pero
algo ha pasado. Los desahucios, aunque los niegan la señora Colau en
Barcelona y la señora Carmena en Madrid, continúan pero ahora se hacen
en silencio. Recuerdo cuando el PCE en 1979 vació en Madrid y en otras
ciudades al movimiento ciudadano de las asociaciones de vecinos para
colocar a muchos líderes de concejales o en alguna de tantas canonjías
municipales. ¿Ada Colau? ¿Miramos Madrid y su corporación?
La
clase trabajadora siempre ha de estar en la oposición, gobierne quien
gobierne. Es el único modo de no desarmarse. Si gobiernan los que ella
eligió, ha de ser tan leal a ellos como ellos lo sean con esta clase,
sin olvidar de qué realidad viene ni quienes fueron sus enemigos del
pasado. Pero los que dicen representarla pueden traicionarla mañana. Y
desde luego, Podemos no es es un amigo de la clase trabajadora sino de
los oportunistas y aventureros de clase media que han decidido vivir a
su costa.
Alfon,
como tantos presos políticos, negados en su condición de tales, sigue
preso. Mientras él y tantos camaradas continuen encarcelados por
defender a nuestra clase, nadie tendrá derecho a decir que vivimos en
una democracia. Su dictadura burguesa, la del capital y sus partidos
ocasionales, los del momento. Son sólo máscaras de una dictadura del
capital que cada vez es más cruel, torpe, evidente y débil, al dejar ver
su condición real.
Mañana,
como tantos días en los que te levantes para trabajar, pregúntate si
eres yunque o martillo, si clase trabajadora o te avergüenza decir lo
que eres y necesitas disfrazarte en el halloween de la falsa clase media
que va muriendo. Mira dentro de muy poco tiempo y pregúntate qué serán
tus hijos. Mira a tu familia, tus amigos, tus compañeros de trabajo, tus
vecinos. Pregúntate durante cuánto tiempo podrás mantener esa mentira
en la que te han metido que dice que el mundo es una selva y que tienes
que competir con todos los que quieres. ¿No te has planteado que tus
enemigos son otros, y más que personas concretas, un sistema muy
determinado que te hace desgraciado y esclavo?
Y sí,
cuando ya nada se espera personalmente exaltante, que decía Gabriel
Celaya, lo que nos queda es el cinismo o la rebeldía. Escoge campo. ¿No
crees que los trabajadores tenemos ya que pasar a otra historia muy
distinta, más nuestra, más sin mentiras, más centrada en el mundo que es
posible crear entre todos nosotros?
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